Elaborado por el Ministerio de Transportes, el informe revela que, si bien la primera quincena del estado de alarma acabó con una cuarta parte de las toneladas transportadas respecto al mismo periodo del año anterior, la segunda quincena fue mucho más dura para el sector. Estas semanas fueron testigo del mayor descenso en la actividad de los vehículos pesados españoles, con una caída del 52,5 por ciento en las toneladas transportadas y un 38 por ciento en las toneladas kilómetro producidas.
Tras este periodo, se observa un aumento de la actividad hasta alcanzar los valores similares al 2019 en la quincena del 24 de mayo al 6 de junio. Posteriormente, el descenso de la actividad vuelve a producirse tras esa quincena hasta principios de agosto, probablemente debido a la ralentización global de la economía.
Representantes del sector se han hecho eco de estas cifras, alertando de la situación de una industria que, si bien se ha enfrentado grandes crecimientos en relación a productos esenciales como alimentos, fármacos o productos esenciales, el volumen de trabajo se ha reducido notablemente en otros ámbitos como porta-vehículos, mudanzas, la distribución de piezas y recambios, combustibles o químicos, “poniendo en riesgo la viabilidad de muchas empresas”.