Los frigoríficos españoles están almacenando producto para el canal Horeca al que no pueden servir y sufren una alta rotación en productos de alimentación
La crisis sanitaria derivada de la pandemia del Covid-19 está poniendo a prueba la cadena logística del frío en España. Los niveles de ocupación de los almacenes frigoríficos españoles son muy altos, según los colectivos del sector, que están lidiando con diversos problemas que está sufriendo el transporte a temperatura controlada en nuestro país. Las dificultades y desequilibrios en el transporte de mercancías refrigeradas han aportado una tensión inesperada a las instalaciones frigoríficas.
Los niveles de ocupación de los almacenes españoles se sitúan entre el 80% de los más bajos hasta llegar al 100% e incluso el 120% de capacidad en algunos frigoríficos situados en zonas de gran demanda. Por un lado, los almacenes que ofrecían servicio al canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías), se ven en la necesidad de almacenar producto para su venta posterior, no solo de aquellos que no tienen salida, sino también de las compras que se realizaron antes del inicio del estado de alarma y estaban de camino en contenedores marítimos o fletes comerciales.
Y por otro lado, las plataformas destinadas principalmente a la distribución alimentaria han sufrido una enorme rotación de productos con el consiguiente almacenaje en gran volumen para mantener la tensión de la cadena de suministro y evitar roturas de stock. Pan, incluyendo bollería, los lácteos (yogures, quesos y loncheados), los pescados congelados y la carne y la verdura a granel son los principales productos más almacenados. En el lado opuesto, los mariscos que tienen “movimiento cero” según colectivos del sector.