La tecnología evoluciona y con ello surgen nuevos avances que permiten mejorar la conservación de nuestros alimentos hasta su posterior consumición. Sin embargo, dentro del campo de la alimentación, todavía son muchas las personas que siguen manteniendo ciertas actitudes reticentes a la hora de consumir alimentos que previamente han sido congelados y no refrigerados.
Es normal pues, que ante esta situación nos cuestionemos qué hay de verdad en ello y qué hay de falso. Empresas como MenuDiet sostienen que la comida preparada congelada o ultracongelada no es peor que la comida refrigerada. En el presente artículo te explicamos lo que puntualiza la ciencia al respecto.
¿Qué es la comida refrigerada?
La diferencia principal que radica entre la comida refrigerada y la congelada se halla en el grado de temperatura al que se conservan los alimentos. En este caso, los alimentos son almacenados en condiciones que oscilan entre los 0º C y 8º C. A su vez, en estos alimentos la cadena de frío no puede romperse. Mientras que, por contrapartida, al tratarse de productos perecederos, tienen una vida útil bastante reducida, y es que a temperaturas de refrigeración sigue existiendo proliferación bacteriana y enzimática, lo que puede llegar a alterar las propiedades de la comida (especialmente el contenido en nutrientes) y hacer que el producto refrigerado no sea tan seguro como el congelado.
Son muchos los alimentos que podremos encontrar en los supermercados mantenidos bajo refrigeración. Entre ellos reconoceremos fácilmente la pizza, el gazpacho, las tortillas, sándwiches y bocadillos, carne y pescado, platos a base de arroz, etc.
¿Y la comida congelada?
En primer lugar, es importante tener presente que la temperatura de los alimentos que ya estaban congelados y que, por tanto, solamente vamos a continuar manteniéndolos congelados es mayor a la temperatura de aquellas comidas que vamos a congelar por vez primera. Así, en el caso de la conservación de alimentos congelados, la temperatura debe ser de -18ºC, mientras que si es la primera vez que congelamos ese alimento en cuestión, la temperatura bajará a los -25ºC.
A diferencia de los alimentos refrigerados, estas temperaturas bajo cero son las que permiten que nuestros alimentos se conserven por periodos largos de tiempo.
Algunos alimentos que encontraremos congelados son: la fruta y verdura, el pan, la carne y pescado, huevos… Como vemos, hay algunos que también pueden refrigerarse. En estos casos es el momento en que surge la duda de a qué sistema (refrigeración o congelación) deberíamos recurrir mejor.
¿Otros procesos?
– Ultracongelación
Como su nombre indica se trata de un proceso en el que se produce la congelación de un alimento en poco tiempo, para lo que el alimento se sitúa en contacto con placas de frío que permiten que en un tiempo récord (no superior a 120 minutos) el alimento quede completamente congelado, con lo que se recurre a temperaturas por debajo de los -40ºC. Aparte del método de las placas de frío, otra alternativa es la inmersión del alimento en líquidos a temperatura muy baja.
– Liofilización
Es un proceso que, al igual que los anteriores, procura la conservación de diversos alimentos. El alimento se congela primeramente, para luego descongelarlo, pasando por el vacío y sometiéndose a baja presión. Esto conlleva la pérdida de agua en el propio alimento, lo que permite la ventaja de que pueda conservarse durante largo tiempo. Sin embargo, supone el inconveniente de su elevado coste.
¿Por qué la congelación y la ultracongelación son métodos de conservación ideales para la comida preparada?
Dada la gran variedad de métodos de conservación alimentarios que existen en nuestro mercado, podemos llegar a sentirnos confusos e incluso desconocer cuándo aplicar un método u otro. De dicha confusión se deriva la creencia tan extendida popularmente de que aquellos alimentos que son congelados constan de una calidad inferior a la de los refrigerados. Otro motivo por el que este mito está tan extendido es que, hasta hace poco, asociábamos la comida congelada con productos procesados y poco saludables (frutos, empanados, etc.). Sin embargo, la comida congelada nos aporta un gran número de beneficios, entre los cuales destacamos:
- Las bajas temperaturas a las que son sometidos estos alimentos y comidas permite prolongar la durabilidad del producto, con lo que se mantiene durante más tiempo en buen estado de conservación, a la par que nos proporciona la seguridad de una higiene garantizada, ya que las temperaturas bajo cero acaban con muchos microorganismos.
- Si no rompemos la cadena de frío y hemos congelado los alimentos posteriormente a su recolección (si los hemos cultivado nosotros) o, una vez comprados en el supermercado, no hemos tardado en continuar con ese proceso de congelación, estos alimentos mantienen sus cualidades respecto al color, olor, sabor, nutrientes…
- Es un método que recogen bastantes variedades de alimentos, puesto que la mayor parte de las comidas que hagamos o alimentos se pueden congelar.
- Son productos muy seguros puesto que a temperaturas de congelación no existe actividad bacteriana ni enzimática. Esto permite que la comida preparada congelada mantenga las propiedades de los alimentos, a diferencia de los productos refrigerados en los que sí existe actividad bacteriana y pérdida de nutrientes con el paso de las horas.
- Habitualmente, los platos preparados refrigerados necesitan llevar añadidos químicos, como conservadores, para poder alargar la vida del producto. En otros casos también se utilizan técnicas para dar mayor caducidad al producto, como por ejemplo el uso de atmósfera protegida a través de mezclas de gases o la aplicación de procesos térmicos que permiten aumentar la caducidad de la comida pero que afectan directamente a los nutricionales del plato. Sin embargo, en los platos preparados congelados no es necesario añadir conservantes ni seguir procesos térmicos agresivos para poder garantizar las propiedades de los alimentos junto a una caducidad más larga.
Como puedes ver, el congelado es un sistema de conservación perfecto, tanto para alimentos en crudo como para platos preparados, ya que constan de un gran número de ventajas para contribuir de la mejor manera al desarrollo de una buena salud.
FUENTE: noticiasdelaciencia.com